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Mostrando las entradas de abril, 2008

Tres o cuatro minutos

Sentado en la sala revisando algunas cuestiones de Internet, escucho el timbre del teléfono. Reconozco el número, y sé que la conversación será larga. Lo tomo, y antes de contestar, ya abrí la puerta de la terraza. Mientras la cierro desde fuera me pregunta por mi viaje, y yo acerca del suyo. Me dice que desde el tren alcanza a ver una columna de humo, sin saber muy bien a qué se debe. El tren no ha desacelerado, ni se ha detenido, ni han hecho prevención alguna. Yo observo la gente pasar, miro en dirección Francesc Maciá y la punta de la grúa en la esquina de Avenida Roma con Calabria despunta entre las plantas colocadas a la altura de la ventana del piso del lado. El viaje a Pamplona no es largo, me dice, mientras pregunta a alguien acerca del humo. Yo le digo que el vuelo sale el domingo en la tarde, y que tengo planeado escuchar todo El anillo del nibelungo mientras leo una novela perfecta para dejar pasar las horas. Me pregunta si llevo regalos, y le contesto que los justos. Se

Un encuentro fortuito

Hace un par de días, pasando justo al frente del Mercadona. Aterrizó en mis gafas algún tipo de insecto que no logré reconocer de inmediato. Como no llevaba ninguna bolsa, simplemente me llevé la mano derecha hacia la cara, y sacudí el aire pensando que era algún mosquito volando al frente. Pero no fue así, porque se encontraba entre el lente y mi ojo, pequeño, demasiado pequeño como para ser una amenaza. Como era apenas evidente, a tan corta distancia no podía ver nada. Así que me quité las gafas, y ahí la vi, una pequeña araña que caminaba a gusto, fue y volvió unas dos veces, hasta que de repente, usando ese dinamismo que sólo le corresponde a las arañas, suspendió el mundo que nos rodeaba alrededor suyo, y descendió un par de centímetros, pero muchos para ella. Elevé las gafas, para ver de más cerca el mismo movimiento, la suspensión, la fijeza de la mirada en un punto exacto en movimiento. Tenía el lomo bermejo, o eso creo. Tenía la apariciencia que dan todas las arañas pequeñas,