Travesía musical

He estado los últimos días inmerso en una colección de música que un primo me pasó en mi estancia bogotana. La cantidad de música es mastodóntica: el top 100 del billboard desde 1956 hasta 2002. Hablamos algo así de 5000 canciones, pasando por todos los géneros que desde entonces han venido apareciendo; géneros, claro está, que hayan puntuado a su manera en la lista norteamericana. La relación que he tenido con cada década es apenas natural: la década de los 50's me ha dado la oportunidad de adquirir las melodías que he oído en clásicos del cine, cuando ser rebelde era llevar una chaqueta de cuero negro; los 60's han sido un poco más comprensivos, en la medida en que reconozco una que otra canción, salida de gargantas hippies, entre humaredas de marihuana y sangre ácida recorriendo los atardeceres de San Francisco. El funk y disco de los setentas me han dado un boleto gratis, barra libre y libre acceso, a los clubes y discos más exitosos de Nueva York. En cambio, los ochentas ...