Maupassant visitado
Por cuestiones que sólo pueden ser comprendidas por Amor o Destino, aquella noche decidió tomar el teléfono y llamar a su antigua amada; se trataba de su cumpleaños, y Dios sabe cuántos pasaron juntos. Cuando tomó el teléfono sintió el corte de la respiración, la repentina taquicardia, la íntima sensación de estar escuchando a través de un cilindro vacío. Ella agradeció la llamada, y le preguntó por la universidad, la investigación y los viajes a la biblioteca; él, por su lado, le preguntó por sus clases, por las academias y por las traducciones científicas que venía haciendo desde hace unos años. En medio de la ráfaga de noticias que no hacían más que poner al día, él decidió cruzar el umbral de la duda, y atacar de frente. “¿Has estado con alguien durante estos años?” “Sí”, respondió ella, y le contó de Javier, el sevillano con quien había recorrido el norte de África. “¿Tú?”, preguntó ella, entonces él le contó de Nicole, la normanda que había conocido el pasado otoño, con quien hab...