Los doce trabajos

Hoy, de nuevo regando del césped en horas de la tarde para aprovechar la humedad que reina en el ambiente. Pensé en la necesidad de llevar a cabo, de vez en cuando, trabajos que no impliquen marcadores de páginas, lápices afilados o computadores encendidos. Un trabajo que implique la separación del espacio por divisiones, y llevar el agua como trazando líneas, pendiente de la manera como el pasto cambia de color para comprobar qué tanto ha permeado el agua la superficie seca. Ya lo había pensado una vez, que me ofrecí en mi finca para pintar unos postes de una cerca alambrada, y darle unas manos de pintura a unas pesebreras abandonadas. Esa vez, era necesario primero aplicar el inmunizante para evitar ataques de insectos, y después dos capas de una pintura color madera, que a su vez era impermeable. Nunca he sido bueno para las manualidades, entonces pienso en trabajos que impliquen un esfuerzo físico y sentir el sol golpear en la cara. Quizás por esto siempre he sentido fascinación p...