Entradas

Mostrando las entradas con la etiqueta Poe

Poe

Imagen
Las bibliotecas movibles son un verdadero espanto, una pesadilla inconmensurable. En el piso subterráneo de la biblioteca de la sede de las Ramblas de mi uni, encontramos una larga y miedosa fila de estanterías, profunda y movible. Esta planta sólo es consultada esporádicamente; y cuando se consulta, no se permanece allí más de cinco minutos, los que toma encontrar el libro. Es un espacio sin luz natural, solitario, algo misterioso por el constante ronroneo del computador que accede al catálogo, y la sensación estática que se respira. Y allí están las estanterías movibles. Cuando me es necesario introducirme en la longitud de sus pasadizos, empiezo a hacer toda clase de ruidos, zapateo constantemente, toso cada cuatro segundos, tarareo alguna canción, para que cualquier persona que vaya a mover la estantería sepa que me encuentro allí metido, y que no me aplaste en su movimiento. Sé que estoy exagerando: de cerrarse sobre mí la estant ería, alcanzaría a gritar, a decir algo, con tal de...

La multitud, el fuego, la foule

Imagen
Lecturas para la tesis me han dejado postrado, una vez más, frente a una idea que siempre será digna de análisis y de divertimento absoluto: la multitud. Leídos algunos artículos de Benjamin sobre Poe y Baudelaire ("The man in the crowd", del primero; "À une passante", del segundo), viene a mi, con toda la fuerza, la posibilidad performativa: encontrar una masa en Barcelona. La masa, la foule más horriblemente seductora que he visto, autómata e impávida, ignorante y atrevida, pasional y olorosa, fue en las calles de Hong Kong, hará un par de años. Fue desde una tienda de ropa, y la escena fue tan deslumbrante que tuve que hacerle una foto para recordar lo que era una masa humana después de esperar durante dos o tres minutos mientras cambiaba el semáforo de peatones- es un ejemplo fácil, máxime sabiendo que en China todo es hiperbólico. Sentí tranquilidad de no estar en ella; y, desde la vitrina, contemplé pausadamente su marcha ciega. Desde la vitrina busco ese es...

Lady Ligeia

Imagen
El viernes en la mañana, mientras ojeaba el catálogo de la exposición La Révolution Surréaliste realizada en el Centro Pompidou entre marzo y junio de 2002, me encontré con esta suntuosa creación de Hans Bellmer, perteneciente al grupo de obras tituladas La muñeca , datando ésta de 1936-1938. La vi pronto, no debían ser más de las diez de la mañana, y desde entonces he venido pensando en la manera como debía introducirla a este espacio virtual. No pretendo disculparme, pero sí siento que el terrorífico embrujo sensual que sentí fue algo de lo que difícilmente me he podido librar en estos días. Encontré, sin haberlo pedido, todo el encanto del horror expresado una y otra vez por Poe en sus cuentos dedicados a diversas mujeres. Desde siempre he sentido una indescifrable obsesión por Poe; cuando me pregunto el por qué me siento completamente atraído, no puedo hacer más que concluir que lo que siempre busco en su lectura es precisamente la posibilidad mágica y horrible de ser, por lo meno...