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Mostrando las entradas de octubre, 2005

Break

Desde siempre me ha aterrado la idea de enfrentarse a la pantalla vacía del computador, en querer escribir algo, tener la idea general, pero luego darse cuenta de que, sentado al frente dle teclado, las ideas no fluyen, no se permiten a sí mismas ser conjuradas. Por ejemplo ahora, que debo abrir el blogger porque no sé qué más escribir en la otra, en la que me esmero y dejo de lado la inmediatez que caracteriza cualquier blogger, y acá sí empiezo a vomitar y vomitar, y escribo sobre lo que más de una vez he escrito, que es precisamente esto, eso mismo, joder. Sobre poder escribir algo decente, sobre tener siempre material para escribir, sea bueno o malo, sea lo que sea, porque yo creo que la escritura es precisamente un, si me lo permite el lector inexistente, un vomitaje absoluto, no en el sentido de que todo sea malolioente, no siguiendo una estética maldita, sino al contrario, arcada detrás de arcada, esperando el momento innato que nos dé algo de qué aferrarnos, y pensar que sí, se

Cruzando vacío el vacío

Al despertar, te sientes personaje de otra historia: tu existencia es una línea transversal en un plano ya vivido. Tosco, escribe mejor. Está oscuro, algunos ya duermen, otros intentan dormir. Pediste pollo con champiñones de cena, y no te atreviste a pedir vino rojo porque sabes lo que te hace el vino cuando estás sentado mucho tiempo—además, te diste cuenta de que era vino californiano. Tienes a tu alcance el único libro que pudiste tomar antes de salir, presuroso, con lágrimas entre los ojos: pero eso forma parte del pasado, y eso que estás en un plano sin futuro, solo tienes el presente transversal. Recuerdas lo que fue tu salida; recuerdas los ojos rojos, recuerdas a los demás mirándote mientras te despedías de tus padres. No olvides que el primer capítulo fue el intento por escribir algo decente, y aún no has triunfado en el intento. No estás en Bogotá, no estás en Barcelona: te palpas en un espacio perdido, levitas sobre realidades ajenas: vives en ese punto de la inmensidad don