Juana y Arturo se casan
Por supuesto, no hay tema que alegre más el alma humana que el amor. Cuando hablamos de amor, hablamos de todo y a la vez de nada; hablamos de la ausencia y de la presencia; del cuerpo y del alma; de la locura y de la razón. Porque no hay lugar más poético que el del amor, sea propio o ajeno: desde siempre buscamos el latir amoroso. La capacidad única y original del sentimiento amoroso la encontramos, sin buscar mucho, en el amor pasional . Pero cuando hablo de pasión no me refiero a aquella de telenovela, a la pasión cursi u ordinaria—porque, como en todo, Amor tiene muchas caras, y son muchos los que caen engañados en su juego. La pasión, utilizada en cualquiera de sus contextos, es la capacidad de crear un mundo particular, un mundo que se aleja de lo mundano y de lo cotidiano, para hacer visible una realidad invisible para el ser humano. Juana y Arturo se casan. Por eso estamos acá. Pero sentir pasión también es padecer, y por esto, cuando padecemos del sentir amoroso...