Now is the winter of our discontent
Aún no logro acostumbrarme al cambio de las estaciones. Siento que domino el espacio hasta el momento en que el sol cambia de color, es necesario llevar un saco, el gris predomina. Es entonces cuando soy más consciente que nunca del tiempo, de su paso y de su acontecer. Y no solo es el cambio de colores naturales o de fachadas de edificios, sino el cambio de aquello que define la modernidad de una ciudad: la moda. Es necesario cambiar de posición las prendas del armario, guardar en el fondo del armario o dentro de una caja al fondo del armario las chanclas que acompañaron, y también las sandalias del otoño. El guardarropa de la entrada vuelve a ser visible, y las pantalonetas se ahogan entre ropa de lana al fondo del cajón. Y con todos estos complementos también cambian los objetos encontrados de las calles: ya no son camisetas sino bufandas, ya no es una sandalia solitaria sino un gorro maltrecho. También, sobre todo, es la pareja de guantes. Su aparición es inmediata. En todas part...