Lluvia en Bogotá


Durante este fin de semana cayó en Bogotá la más violenta y larga granizada de los últimos 30 años. Desconocía esto en el momento en que ingresé a la página de El Tiempo, y me topé de frente con la galería de fotografías enviadas por lectores a lo largo y ancho de Bogotá. Mientras pasaba las fotos, reconocía no estar viendo Bogotá, a la vez que había algo en el blancor del ambiente, del verde de los árboles y ese gris de los andenes que me hizo sentir en casa de nuevo. Sin embargo, había un elemento ajeno, un elemento prácticamente desconocido, que era el del paisaje nevado. Mientras veo las fotos, no pienso en granizo, sino que pienso en nieve; y no pienso en una ciudad alemana o nórdica en invierno, que es precisamente lo que creo que es la foto, sino que pienso que Bogotá estuvo sujeta más bien a una granizada mitológica, y en esta medida cambió sus paisajes y colores de contraste por la más blanca y nívea tonalidad. Bogotá, lo sé claramente, tiene su propia mitología, su propia metafísica de los lugares, si bien reconozco, como ya lo hice en otra entrada, que aún no he podido descifrarla: hay algo de inefable en ella. Sin embargo, sé lo suficiente para reconocer que la Bogotá de las fotos había sufrido una deliciosa metamorfosis, hacia un extraño híbrido entre seres mágicos de bosques encantados, desoladas serpientes congeladas desde la noche de los tiempos, parques solitarios sólo recorridos por el frío. La bruma blanquecina, acompañada de los pinos alzados hacia ese cielo parisino que se posó sobre Bogotá, me invitan al fantaseo mitológico urbano, a sus posibilidades de retrato, hacia los límites de su secreto. He extrañado muchas veces Bogotá, pero cuando vi las fotos, la extrañé más que nunca, y sentí un poco de tristeza por no haber sido partícipe de esa lluvia brotada de las infinidades de la tierra mitológica para dar apenas un esbozo capital sobre sus calles.

(Las fotografías fueron enviadas por Cristian Fernando Rivero, Karen Rodríguez y Cristian Mauricio Sierra)

Comentarios

Lleva días así.Y con mucho frío también.Ojalá incluyas en tu estudio mitológico de la única ciudad colombiana, algún pasaje sobre el tráfico cuando llueve.

Saludos.
Paginas Web dijo…
Es cierto, el cambio climatico ha sido muy dastrico estos últimos años.

Entradas más populares de este blog

Promenade dans tes yeux

Un viejo desnudo

Old father, old artificer