Bilis negra
Sin siquiera darme cuenta, de un momento a otro, vuelve sobre mí la sensación amorfa, monstruosa, minotaurica. No hay lenguaje alguno que logre sobrellevarla— en estos momentos rasgo el fondo de mi pensamiento, extraigo de él una esencia invisible, inexpugnable, etérea—, y el cuerpo es partícipe de aquello que tan solo se siente en el interior, en ese cuerpo que nunca hemos visto, en esa carne que está triste y en ese líquido negro que se había escondido tras la coyuntura de algún hueso del pasado. ¿Cómo es posible tanta sorpresa, cómo es posible esta catarata de imágenes que me vuelcan sobre el pensamiento melancólico? Me duele alguna parte del cuerpo, pero me duele precisamente aquella de la que carezco. Adolesco de mi propia prótesis, y es allí donde se concentran mis desventuras. He escuchado muchas veces a recién amputados que sienten el fantasma del cuerpo ausente; sienten una rasquiña en la palma de la mano que ya dejó de formar parte de su cuerpo, sienten un calambre en las pantorrillas que dejaron de ser suyas, sienten una tensión en el codo que ya no es suyo. Me duele aquella parte del cuerpo que durante meses dejó de ser mía, siento dolor por esa carne que dejé de ver, sentir y probar desde el tiempo de la canícula. Ayer estaba bien: la mirada fluía, la risa despertaba, las imágenes se dejaban llevar una detrás de otra de una manera armoniosa. Pero hoy, al abrir los ojos, la tensión, la gangrena, el fuego oscuro de una pasión desmesurada. ¿Habrá sido acaso algún sueño, alguna secreción nocturna, la del humor negro viajando en época oscura y perniciosa? Lo desconozco. Dejé de mirar mi correo porque dejé de recibir correspondencia; tengo montañas de libros esperando, y tengo multitud de palabras que reclaman ser escritas. Pero la carne está triste.
Alsacia (Pereira), enero 7 de 2009
Comentarios
pero que expresión más acertada.
"Y en las almas amantes cuando piensan
en perdidos afectos y ternuras
que de la soledad de ignotos días
no vendrán a endulzar horas futuras,
hay el hondo cansancio que en la lucha,
acaba de matar a los heridos,
vago como el color del bosque mustio
como el olor de los perfumes idos,
y el cansancio aquél es triste..."
...
porque un dolor se vuelve todo el dolor... que afortunado es encontrar que alguien sabe cómo escribirlo.
En señorial alcoba, do la tapicería
amortiguaba el ruido con sus hilos espesos,
desnuda tú en mis brazos, fueron míos tus besos;
tu cuerpo de veinte años entre la roja seda,
tus cabellos dorados y tu melancolía,
tus frescuras de virgen y tu olor de reseda...
Apenas alumbraba la lámpara sombría
los desteñidos hilos de la tapicería."
Gracias, Anónimo, por dar en el clavo con la estrofa escogida.
http://rastreandoadedalo.blogspot.com/2007/10/dedaliana-ii.html
que buenas uqe osn las coincidencias...para el ánimo...de saber que alguién más lee o piensa lo mismo.
Me recuerdas a Boudelaire.
En este momento estoy escuchando un tango que no es tan pasional pero remite a esos amores que no podemos olvidar.
"Cada día te extraño más"
Música: Armando Pontier
Letra: Carlos Bahr
He querido borrarte de mi vida y en cada pensamiento te encuentro cada día.
He querido callar mis sentimientos
mostrando indiferencia, limando tu recuerdo.
He tratado de ahogar, con firme anhelo, el grito de este amor que es mi secreto y esta noche, quebrando mis empeños, ha roto mi silencio la voz del corazón.
Cada día te quiero más y en mi afán te nombro cada día te extraño más, a pesar de todo.
Cada día que pasa con cruel insistencia tu imagen se agranda, se agranda y se aleja.
Y sé que es muy tarde ya, que he quedado solo, solo a solas con mi propio error... y te extraño más.
He rodado al azar por cien caminos
buscando inútilmente perderte en el olvido, he querido engañar mis propios sueños, diciendo que es mentira que me ata tu recuerdo.
He tratado con vana indiferencia,
de ahogar mi corazón y mi conciencia, y esta noche que lloro tu recuerdo, comprendo que no puedo callar al corazón.
Te felicito ♥