Lo que me llamó la atención, irremediablemente, fue el nombre: Blogger. Seguramente es un sustantivo, pero me ha costado un trabajo tremendo saber exactamente a qué hace referencia. Se me ocurrió buscarlo en el Collegiate de Merriam, pero no lo reconoce: ni como blog, o, daría la misma escribirlo, blogger. Tiene un sonido feo, incluso en inglés- digo incluso, ya que a veces me gusta pronunciar palabras inglesas con fonética castellana, salen productos pocas veces comprensibles, pero no por eso indeseables. Una vez, haciendo fila para el concierto de Metallica en Bogotá, el compañero de turno me preguntó acerca del disco "Quillemall" (léaese, por supuesto, en español). Silencio rotundo. Mala estrategia para hacer amigos temporales. Sí, suena mal, pero estoy seguro que me iré a la tumba con ese sonido.
También me gusta referirme a grupos cuyo nombre está en inglés, pero con artículos en español: Los Beatles, o Los Doors. ¿No debería ser Las Doors? Morrison leyó mucho a Rimbau...